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La Sororidad Mu Alpha Phi como parte de su compromiso con el desarrollo de la mujer, la educación, y el desarrollo profesional de nuestras integrantes estableció la Beca Nildita Olmeda Vélez, en el 2012. Esta beca estudiantil reconoce la excelencia académica y el desarrollo profesional de sororas activas, estudiantes de los niveles sub-graduado y graduado. 

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Entrevista a CPA Nilda Olmeda Vélez,
Fundadora del Fondo de Becas Nildita Olmeda Por: Glennys Rivera Vargas, Beta 1990

Nilda Olmeda Vélez o como cariñosamente le llamamos “Nildita”, se inició en el Capítulo Delta en el 1990. Desde entonces ha sido una sorora muy activa, quien ha ocupado varios puestos del Honorable Consejo Supremo, entre ellos: tesorera en varias ocasiones y presidenta en el 2010. Fue en su año de Presidencia que surgió la idea de realizar un Fondo de Becas, para todas aquellas sororas que cursaban estudios sub graduados.

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En su primera reunión como presidenta, surgió la idea de desarrollar un premio a la excelencia académica. Sin embargo, el tema no volvió a surgir hasta finalizado su año de presidenta donde luego de presentar el informe de tesorería, quedaba un sobrante de $16,000.

 

En la Asamblea de dicha Convención se presentó una moción para que luego de hacer el cuadre, el 50% del sobrante pasara al Fondo de Becas. La misma fue aprobada y recibida con gran entusiasmo, alegría y agradecimiento; sobre todo de las sororitas capitulares.

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En el 2011, bajo la presidencia de la Lcda.Ivelisse Rivera, ésta presenta moción para que el Fondo de Becas se cambie al nombre, Fondo de Becas Nildita Olmeda. Tomó dos años para presentar la enmienda para que formara parte de la Constitución y Reglamento. En este tiempo Nildita estuvo estudiando y analizando diversas becas privadas para que el Fondo de Becas Nildita Olmeda cumpliera con todos los requisitos. Para Nildita, la enmienda más significativa ha sido el añadir entre los requisitos, aquellas sororas que estudian a nivel graduado.

Desde el año 2012 al presente, se han beneficiado de la beca 18 sororas para un monto total de $10,800 dólares. Cabe señalar, que todos los años la Presidenta del HCS elige una sorora para presidir el Comité Pro Fondos de Beca, y ésta a su vez crea su equipo de trabajo para trabajar las actividades que alimentan las arcas financieras del fondo y crea el Comité Evaluador, compuesto por sororas escogidas por ella, quienes reciben las solicitudes y el ensayo para ser examinado, mediante una rúbrica, y así evaluar todo para otorgar la o las becas.

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Nota: La cantidad original de $500.00 fue incrementada a $800.00 con una nueva enmienda aprobada en Asamblea del 2019 y recientemente, en el 2023 fué nuevamente incrementada a $2,000.

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GANADORAS DE LA BECA 

 

2013 Anaeli Cabrera CA

2013 Sarai Colón CD

2014 Amaris Borges CG

2014 Loaiza Maldonado ZAA

2015 Liz Marian Sierra ZP

2015 Gretchen Marquéz CD

2016 Ana M Romero ZPA

2016 Stephanie Matos CD

2017 María G Méndez CB

2018 Alejandra T. Díaz CB

2018 Meylenid Mitchell ZPA

2018 Lowendie Muñoz CG

2019 Cristina M Pérez CE

2019 Myrna del Mar González CA

2019 Graciela B. Raffucci CB

2020 Alaina Camasta CB

2021 Dalied Acosta Badillo CB

2021 Alondra del Mar Vicentí ZPA

2022 Camille Aguirre Quiñones ZP

2022 Nicole Cruz ZE

2023 Adriana San Miguel CA

2024 Mirelys D. Santana Rivera CB

2024 Coralis Camacho CD

La gran sororidad Mu Alpha Phi, fundada en 1927, es el primer movimiento sororitario en Puerto Rico. Desde nuestra fundación, se cultivan lazos de hermandad que promueven liderazgo, solidaridad y compañerismo.

En camino a nuestro centenario, ¿Cómo la visión de nuestras fundadoras sirve de inspiración para mantener nuestro compromiso con la formación de mujeres de excelencia en la sociedad puertorriqueña?

 

La Gran Sororidad Mu Alpha Phi, fundada en 1927 por un grupo de estudiantes féminas pertenecientes al Departamento de Educación de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, fue el primer movimiento sororitario en Puerto Rico. Desde su fundación, esta organización ha cultivado lazos de hermandad que promueven el liderazgo, la solidaridad y el compañerismo. En el camino hacia su centenario, es fundamental reflexionar sobre cómo la visión de nuestras veinticinco fundadoras sigue sirviendo de inspiración para mantener nuestro compromiso con la formación de mujeres de excelencia en la sociedad puertorriqueña.

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En la década de 1920, Puerto Rico enfrentaba un contexto social y político complejo, donde las mujeres luchaban por sus derechos y por obtener mayor relevancia en la sociedad puertorriqueña. En este entorno, las fundadoras de la Mu Alpha Phi identificaron la necesidad de crear un espacio seguro y solidario para fomentar el desarrollo personal y profesional de las mujeres. Por esta razón, este grupo de estudiantes féminas crearon una sororidad que promovía la amistad y a su vez estaba comprometida a empoderar a sus miembros para convertirlas en futuras líderes comunitarias.

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Los valores de hermandad, liderazgo, solidaridad y compañerismo son los pilares en los que cada actividad de la sororidad se fundamenta. Cada uno de estos principios se mantienen presente cuando se realizan actividades que impactan a una persona, una familia o una comunidad necesitada. Estas iniciativas refuerzan la idea de que, juntas, las mujeres pueden lograr un impacto significativo venciendo barreras y estereotipos establecidos por la sociedad. Nuestras fundadoras fueron pioneras al organizarse como grupo y crear una sororidad teniendo como su principal objetivo el atender necesidades que tradicionalmente eran acogidas por los hombres.   

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La visión de las fundadoras en aquel momento histórico no ha perdido pertinencia a través del tiempo y sigue siendo una fuente de inspiración para las nuevas generaciones de mujeres que desean aportar de forma positiva a la sociedad. Cada actividad realizada, ya sea deportiva, benéfica, social o cultural tiene un efecto multiplicador en reavivar ese deber de servir al prójimo. Ese compromiso y entusiasmo ha trascendido a través del tiempo y sus postulados se mantienen tan sólidos que la sororidad sigue vigente y activa en esta época. Cuando los cimientos son fuertes, el resto de la estructura se mantiene firme, de igual manera la honorable sororidad Mu Alpha Phi se mantiene estable y consistente, respaldado por el gran número de estudiantes universitarias que desean pertenecer a este selecto grupo de mujeres.

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Siguiendo los objetivos y la visión trazada por nuestras fundadoras, hemos tenido mujeres destacadas en diferentes campos como la educación, la política, los negocios, entre otras ramas de estudio. Estas profesionales a su vez son la fuente de inspiración a las nuevas generaciones de féminas que desean aportar de forma positiva al mundo. Ellas son un testimonio vivo del impacto que la sororidad puede tener en la vida de una persona, demostrando que los lazos de hermandad pueden abrir puertas y crear oportunidades. Cada profesional forjada con nuestros valores tiene un efecto multiplicador y positivo en la ciudadanía.

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Hoy en día, la Mu Alpha Phi se compromete a formar mujeres de excelencia en un mundo en constante cambio y crecimiento. La organización se ha adaptado para abordar los desafíos contemporáneos que enfrentan las mujeres puertorriqueñas. Iniciativas como talleres sobre empoderamiento y liderazgo inclusivo son ejemplos de cómo la sororidad sigue siendo relevante y necesaria. A través de estos esfuerzos, no solo se honra el legado de sus fundadoras, sino que también se posiciona como un pilar de apoyo en la vida de muchas mujeres.

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Aunque los tiempos han cambiado y se ha logrado muchos avances en cuanto a los derechos de la mujer, todavía hay mucho camino por recorrer. Estos principios nos recuerdan que la lucha es continua y constante. Los mismos nos ayudan a seguir enfocadas y no desviarnos de nuestros objetivos. Nos recuerdan que unidas logramos resultados significativos y de mayor impacto. Es nuestro deber educar y sembrar la semilla de la empatía, la compasión y la solidaridad en cada sorora.  

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En conclusión, la visión de las fundadoras de la Mu Alpha Phi sigue siendo fundamental en la construcción de un futuro donde las mujeres puedan prosperar, liderar y sentirse realizadas. A medida que nos acercamos al centenario de esta importante sororidad, es vital recordar que cada una de nosotras tiene el poder y el deber de continuar este legado tan hermoso del que se nos brindó el privilegio de formar parte. Juntas, podemos seguir formando lazos de hermandad que promuevan la excelencia y el empoderamiento en la sociedad puertorriqueña. Es un llamado a la acción para todas las mujeres: unirse a esta causa y ser parte de una historia que ha transformado vidas y continuará haciéndolo en el futuro.

Mirelys D. Santana Rivera

Capitulo Beta

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